Controversias sobre el papel
de las levaduras en el Autismo
Useche Sánchez, Andreina
Es evidente que los
niños con autismo
tienen una alta prevalencia de disfunciones
y diversos síntomas gastrointestinales, las investigaciones futuras deben aclarar si la
inflamación digestiva parte de un problema único multiorgánico, probablemente
autoinmune; en espera de respuestas,
los médicos pueden tratar la mayoría de los
síntomas GI en niños con autismo mediante
el uso de opciones de tratamiento convencionales pero
individualizados.
Los comportamientos vocales y motrices, incluyendo
problemas de comportamiento como la autolesión y agresión, al igual que cambios
generales en el estado de ser (perturbación del sueño o irritabilidad), podrían
ser manifestaciones conductuales de dolor o incomodidad abdominal en personas
con TEA. Una dificultad central que impide poder reconocer y caracterizar la
disfunción gastrointestinal en TEA radica en las dificultades de comunicación
que sufren muchos individuos afectados.
Por lo tanto es
importante puntualizar que la condición que ocurre en la mayoría de los niños con autismo no es técnicamente una infección, es realmente un crecimiento excesivo de levaduras del tracto intestinal. Además, la levadura no coloniza el tracto intestinal de manera uniforme, sino que, por lo general forman grupos o nidos, en donde al verdadero argumento no
es si una persona tiene Cándida, sino
más bien la cantidad de levaduras que están colonizando en un momento
determinado.
Aun cuando estudios
basados en evidencias de padres (subjetivas) y estudios de casos han ido en
aumento a lo largo de los años, la ausencia de estudios randomizados que
permitan evitar sesgos de selección, no
se han desarrollado en un número importante. En el caso de los pacientes de
TEA, la escogencia de grupos de estudios es un proceso muy complicado debido a
que están sometidos a programas de alimentación restrictiva que en muchos casos
no son similares, especialmente en factores que inciden en el evento evaluado.
Esto puede causar que las diferencias en los resultados no puedan ser
atribuidas a la intervención en estudio.
Actualmente cándida no puede
tomarse como un marcador de neurotoxicidad ya que el aumento del acido
tartárico (producto de descomposición de la Arabinosa) aún no se ha podido
probar en medios de cultivo como producto metabólico. Solo se presume que in
vivo este sea producido por la acción de las levaduras. Se requiere un mayor
numero de estudios bioquímicos que comprueben que el aumento de la colonización
de cándida es directamente
proporcional a la incidencia de problemas neurológicos, renales y daño
muscular, producto de la inhibición de la enzima fumarasa y el bloqueo en el
ciclo de krebs del acido málico (análogo del acido tartárico), lo que produce una
disminución de la producción de glucosa y problemas neurológicos asociados.
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